Impurezas

Trom
3 min readNov 27, 2020

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Hay una famosa frase en el acervo peronista que reza “ni sectarios ni excluyentes, peronistas solamente”, fácil de recordar por ser una rima. Perón mismo la usa en varias ocasiones, señalando que él forjó una doctrina no excesivamente estricta ni que convirtiera a sus adeptos en una minoría intensa, sino con una elasticidad suficiente para que la más diversa cantidad de hombres pudieran participar de ella. Podría verse como un corolario del dicho “quien mucho abarca poco aprieta”: ante la disyuntiva, Perón escoge apretar poco para abarcar mucho. Esta es en definitiva la consecuencia de la elección por lo popular, por las masas y por la democracia. También puede verse como la prevención contra el acuerdo absoluto, porque no hay modo más efectivo de buscar la unanimidad que quedándose solo.

La doctrina peronista, entonces, no busca la unanimidad. Al contrario, busca dejar que todos los que entran al peronismo sigan pensando lo que pensaban sin importar de dónde venían, sólo pide que se pongan de acuerdo en una pequeña cantidad de cosas, principalmente en los dos objetivos que se propone el peronismo (la felicidad del pueblo y la grandeza de la Nación), y en lo que se conoce como las tres banderas (justicia social, independencia económica y soberanía política). Luego, en diferentes niveles, la doctrina es maleable y mutable, pero en todo caso sí tiene por objetivo poner a todos los que participan de ella (y en última instancia, a todos los argentinos) a “patear para el mismo lado”, justamente a apuntar a esas dos finalidades y tres banderas.

Pero más allá de eso, el peronismo no pide que nadie se deshaga de lo que es. El peronismo es una identidad mínima, o acaso ni es una identidad. Lo que domina en él, cuando funciona bien, es la pluralidad. A veces se habla de peronistas “ortodoxos”, en contraposición a otros peronistas no-ortodoxos, digamos por ejemplo, en los setenta, el peronismo revolucionario. Esta es una falsa clasificación, no hay peronistas ortodoxos. No es sólo que específicamente esos que se autodenominan ortodoxos no lo sean, es que nadie lo es porque nadie puede serlo, lo ortodoxo del peronismo es la heterodoxia. El motivo por el que los ortodoxos se llaman a sí mismos así es evidente, todo el mundo está tentado a hacer pasar su versión por la única versión. Pero no deja de ser una versión; el peronismo siempre es una versión de sí mismo, nunca se da en su pureza, directamente, porque en el peronismo no hay nada puro, nada idéntico. El peronismo es la mezcla, y esto no es un rasgo sólo de este movimiento político, sino que es la lógica misma de lo popular al menos en la América Latina. En nuestro continente, las identidades populares no surgen de lo profundo de la sangre, no brotan de las entrañas de la tierra, aparecen como incorporación de elementos extraños, ajenos y a menudo contradictorios. Y el resultado no es que esos elementos se descompongan, sino que mantienen una relativa constancia, pero esto tampoco implica que el peronismo (o cualquier otra identidad popular) se degenere o se corrompa, al contrario, con ello se enriquece.

Muchas veces se intentó ver en la herencia indígena o española una pista arcaica de la “consciencia nacional” o de la “ideología argentina” (o americana). Pero lo que encontramos siguiendo esta huella no es una verdad eterna sobre nosotros mismos sino la mezcla, la completa contingencia de nuestro ser, el mestizaje. Somos mestizos, pero, si suprimimos de allí todo biologicismo, eso implica que no tenemos que ser fieles a una identidad telúrica, sino que estamos abiertos a aceptar las contaminaciones, el contacto, el contagio.

Creemos que ello caracteriza a todo lo popular latinoamericano, pero nos limitamos por el momento a la Argentina y al peronismo. Decir que algo o alguien es 100% peronista tiene épica, pero quien lo dice de sí revela que está sobreactuando su identidad (aunque no descalifica su peronismo, el peronismo siempre se exagera) y que esa identidad es el espejo narcisista en el que se mira. Si “peronistas somos todos” es porque nadie lo es puramente.

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Trom

Porque hacer hilos de TW es de mal gusto pero hay que decir cosas largas.