Si el futuro es peronista

Trom
3 min readFeb 15, 2022

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Decía Perón que un partido sin arraigo es aquel que no sabe lo que quiere. Más aún: la mayoría de los hombres no saben lo que quieren. Para entender esto, es útil hacer las comparaciones que Perón hace. En primer lugar, señala a los socialistas, a quienes califica de hombres negativos, portadores de una especie de doctrina negativa: “Nunca dicen lo que hay que hacer. Dicen, en cambio, lo que se ha hecho mal y lo que no se debe hacer.” (Conducción Política, ed. de la Biblioteca del Congreso de la Nación, p. 96) Por otra parte, hay unos pocos países que, según Perón, sí tenían una doctrina: Inglaterra (Perón hace referencia a una suerte de viejo socialismo, sin especificar a qué se refiere), la URSS (naturalmente, con el marxismo-leninismo) y la Argentina, cuya doctrina era el justicialismo. En último lugar, según el General, el capitalismo no tiene doctrina, sólo tiene una táctica (punto en el que se revela que la doctrina equivale, además de a lo que los partidos con arraigo quieren, a la estrategia). Obviamente, es una referencia apenas velada a los EE. UU., de quienes, bajo el pseudónimo de Descartes, decía que tienen el mundo en sus manos y no saben qué hacer con él.

Un afiche de 1946, en la primera campaña presidencial peronista, rezaba “Ud. Votará mañana contra: Brade, el Jockey Club, el Circulo de Armas, a Unión Industrial, la Bolsa de Comercio, la Sociedad Rural, los Latifundistas, el Gran Capitalismo, la Prensa Subvencionada, y por la Argentina que nace con Perón sin Corrupción y sin Pobreza.”

En el marco de la segunda campaña, Discépolo le decía a Mordisquito (en el penúltimo discurso, el número 38) que “Sos el pasado que quiere volver por amor propio, sólo por amor propio.” Mientras tanto, la virtud del gobierno justicialista era que “este gobierno es tan perfecto que, por lograrlo todo, hasta nación de un carozo: no arrastra taras, no arrastra pasado, sólo tiene un presente indiscutible y un porvenir que da envidia.”

Y así se podrían citar infinidad de ejemplos. El peronismo no nació, ni nunca fue, mientras fue operativo, una añoranza de un tiempo pasado, sino la esperanza de un gran futuro. Esto no significa, obviamente, una desconexión con el pasado, la herencia y la historia. La consideración del pasado como pobreza y atraso es más propia del iluminismo y de la creencia en el progreso indefinido. En el peronismo el pasado se actualiza constantemente para no perimir. El origen ha pasado por encima de nuestras cabezas y se encuentra también en el destino. Pero eso, más que perpetuar una identidad pétrea, exige una periódica renovación.

Durante el gobierno de Macri, se hizo popular el canto “vamos a volver”. Oportunamente Felipe Solá se expresó en contra de eso. Entreveía Felipe que la añoranza de un pasado dorado es improductiva para el peronismo. La vergüenza de haber sido y el dolor de ya no ser puede ser una posición moralmente viable, pero políticamente es reactiva. La frase de Alberto Fernández “vamos a volver — para ser mejores” fue el modo que él encontró para darle la razón a Solá sin enfrentarse a quienes cantaban que íbamos a volver.

El desorden que hay actualmente en el movimiento peronista y en el gobierno peronista tiene que ver con todo ello. Llegamos al poder pero no sabemos para qué. En la mayor parte del Frente de Todos (es quizás Sergio Massa la única excepción), nadie puede indicar una dirección, un sentido. No el sentido correcto, no el mejor, no el que nos guste, sino alguno. Y cualquier sentido es siempre mejor que ningún sentido. “Sentido” entendido de modo literal, es decir, hacia dónde vamos. Todos pueden decir lo que no hay que hacer, lo que está mal y no les gusta, pero casi nadie sabe lo que quiere. Todo lo que aciertan a señalar la mayoría de los dirigentes peronistas es que antes, en un tiempo añorado, estuvimos mejor: con Cristina, Con Néstor, con Perón. Y constatar que todos los que vinieron después fueron peores.

El retorno a un pasado idealizado puede servir de programa político para otros, pero para el peronismo sólo es una huida y confesión de impotencia.

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Trom

Porque hacer hilos de TW es de mal gusto pero hay que decir cosas largas.